Discurriendo el sendero a lo largo de paisajes protegidos en su plena esencia, puede caminar por rutas que sirvieron y sirven de inspiraron a grandes viajeros y poetas, y es que el correr del agua y el sinuoso movimiento de las hojas de los árboles permiten que la mente se evada, añadido a la sensación de plenitud pulmonar al llenar de aire puro el pecho, aire que emana hasta de las rocas.
Partiendo desde el Barranco de San Juan y con las ganas de un niño con zapatos nuevos, le prometemos que esta ruta no le dejará indiferente, ya que le permitirá tener ante sus ojos imágenes del colosal de Sierra Nevada, podrá asomarse desde el mirador a la grandeza de los campos de castaños, considerados de los mejores conservados de nuestra Comunidad Autónoma, no sólo la naturaleza sino también la historia caminará junto a sus pies, ya que podrá atravesar zonas por las que antaño viajaban los pasajeros en el tranvía que unía Granada con Sierra Nevada y disfrutar de la arquitectura del siglo XX de sus estaciones, algunas convertidas hoy en restaurantes.
Además durante el trayecto el visitante se topará con la con minas del siglo XIX y con un bosque primitivo que en otoño se torna en una paleta de colores en ocre, marrones y tonos de amarillo que hacen las delicias de fotógrafos.